La palabra contexto viene de las raíces latinas cum (con) y texere (tejer, fabricar), sugiriendo un entretejido. De hecho, el contexto modela el contenido de un documento y, análogamente, el contenido implica un contexto.
El contexto está constituido por un conjunto de circunstancias (como el lugar y el tiempo) que ayudan a la comprensión de un mensaje. Por ejemplo: un periódico titula "Rafael viajó. Esto no aporta la información necesaria para que el lector decodifique el mensaje. En cambio, el titular "Rafael Nadal viajó ayer a Italia para jugar al Abierto en Roma" sí puede ser interpretado que incluye información sobre el contexto.
El contexto lingüístico se entiende a los factores vinculados a la producción de un enunciado que afectan la interpretación, la adecuación y el significado del mensaje. Esto quiere decir que un mensaje depende tanto de la gramática, la sintaxis y el léxico como del contexto, porque si no, no tendría sentido.
Las circunstancias que forman cada tipo de contexto son por lo general muy específicas y si bien pueden repetirse en otros momentos o lugares, es casi imposible que todas ellas se agrupen del mismo modo, que tengan el mismo lugar o importancia que en otros casos, y también, que generen exactamente los mismos resultados.
El contexto entonces debe ser analizado cuidadosamente como una realidad altamente específica y no comparable a otras en la cual los fenómenos que se suceden están profundamente influidos y determinados.
EJEMPLO DE CONTEXTO:
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